Amad a vuestros hermanos sean como sean tu eres diferente.
“¡Oh, hija mía, cuanta ingratitud recibe mi Corazón de los hombres! ¡Ah, como labran su propia desgracia! Su soberbia es mayor, no piensan, ni los míos, lo que se me ofende. ¡Qué terrible hija mía! Que a los que he dado mis ternuras sólo odio y rencor hay en su corazón. ¡Qué pobres, qué miserables se encuentran sus corazones! Que deberían estar hartos de mi sabiduría, de mi amor, porque en mi Corazón hay humildad, hay caridad y en el del hombre sólo amargura y desolación.
Nadie se entiende, ni se ama. ¡Cuán tremendo será para aquél que prefirió lo pasajero que lo eterno! Porque nada se os pedirá sino por lo cual habéis estado unido a mi Divinidad. ¿De qué le sirve al hombre tenerlo todo en este mundo si a Mi no me posee? Si sólo sois peregrinos, que vuestro caminar terminará. ¿Cuándo, en dónde? Eso sólo Yo lo sé, mas el hombre no se preocupa mas que por el bienestar terreno y no atesora para el cielo, que es para lo que fuisteis creados.
El tiempo sea corto o fuere largo de la vida en la tierra, esa existencia termina, porque vuestra meta sólo soy Yo, para el que en su camino sólo a Mi me tuvo como guía y siguiendo fielmente mis pasos, mis anhelos, mi vivir por eso os lo he dicho: Yo soy el camino, la verdad y la vida y el que está fuera de Mi está en tinieblas, porque no tiene la luz que Yo soy. Son pocos los que dejan todo, los que mueren para lo del mundo y, viviendo en él están para atraer a los demás hermanos para con ejemplo y caridad conducirlos hacia mi Corazón.
¿Tratáis acaso mal a vuestra carne?, ¿Le dejáis sin alimento, no vestís a vuestro cuerpo, le odiáis tanto como lo hacéis con vuestros hermanos? ¿Acaso no os dije: amad a vuestros hermanos como a vosotros mismos?
Como os amáis a vosotros y os cuidáis, así deseo que améis a vuestros hermanos, no sólo a los que corresponden a tanto amor, sino aquellos mismos que os odian y traicionan, a ellos debéis amar y yo os digo no sólo como os amáis a vosotros mismos, sino con el mismo amor con que Yo os amo porque así seréis uno como Yo lo soy con mi Padre”.
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