5 tipos de respiración para hablar en público de forma exitosa.
Si buscas ser una buena oradora para conectar con tu audiencia mientras expones o haces una presentación, ya sea escolar o laboral, y sientes mucha tensión o que te dominan los nervios, entonces lo ideal es que lleves a cabo técnicas de respiración para hablar en público de forma exitosa.
Por razones obvias, controlar la respiración es esencial al momento de hablar en público ya que reduce la respuesta al estrés mediante al regular el sistema nervioso. Con el oxígeno el cerebro funciona mejor.
Andrew Weil, médico y director del Centro de Medicina Integral de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona, afirma que la respiración profunda hace que te sientas más segura, con energía y ayuda a controlar los nervios.
Toma aire y discursa con éxito
1. Respiración profunda. Especialistas de The Harvard Medical School señalan que con la respiración profunda, también llamada diafragmática, abdominal o de ritmo, el aire entra por la nariz y llena completamente los pulmones, se eleva la parte baja del abdomen, dando como resultado mayor calma, control de la ansiedad y tensión.
2. Inhalación por la nariz. Al respirar por la nariz proteges tus cuerdas vocales de la resequedad. Con ello podrías sentir sed y distraerte por la necesidad de hidratarte. Inhala por la nariz lentamente hasta contar cuatro y exhala. Puedes repetir este ejercicio durante cinco minutos.
3. Respiración pausada. Si tiendes a agitarse mientras hablas, es importante que mantengas una respiración pausada antes de tu exposición. Esto hace que tus músculos se relajen y aumente tu concentración, aconseja Andrés Velásquez, especialista en oratoria.
4. Respira antes de empezar a hablar. Tomar aire permite conectarte tanto física como mental y emocionalmente. También ayuda a que la laringe se estimule y relaje. Además, oxigenas el cerebro, lo que te permite tener más claras tus ideas y a sentirte mejor.
5. Regula la velocidad. Al dirigirte al público hazlo con una velocidad moderada, poco más lento que cuando platicas con tus amigos. Así evitas quedarte sin aire, también es la forma más fácil de enfocarte en tu mensaje. La velocidad sugerida es de 130 a 170 palabras por minuto.
Un ejercicio práctico es aplicar una técnica de respiración todos los días, por ejemplo, mientras estás en tu oficina, al conducir, antes de comer o dormir. No necesitas mucho tiempo, son suficientes cinco minutos.
Recuerda en todo momento ser consciente de tu respiración y más cuando estás frente a una audiencia a pesar de que los nervios te hagan olvidar cómo hacerlo. ¡Haz una pausa y respira!
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