La vida no es como un reloj que puedas poner mil veces a cero.



La vida no es como un reloj que puedas poner mil veces a cero.

Sus sueños volaban tan altos que solía mirar a las nubes con desprecio, ella le hizo creer que era un dios al tiempo que perdía de vista su corazón y la intención de sus besos. Y las estrellas conspiraron con el dolor y su voz se vistió de silencio. Y es tan grande su amor que no termina de empacar todos los recuerdos y sus besos y es tan grande su amor que el dolor no puede romperlo. Tan grande que todavía no empieza con el tramite del adiós, tan grande como para seguirla queriendo.


Y entonces supo que no había sacrificios en el amor, y que la recompensa no estaba en los besos. Si tenéis la creencia de que nada es para siempre no involucréis a alguien que está dispuesto a dejarse la vida en cada intento. No confundáis la bofetada que les dé el sol cada mañana con un beso y beberse el zumo antes de que se le vayan las vitaminas como decía mi abuelo. 


La vida no es como un reloj que puedas poner mil veces a cero. No se trata de empezar cada vez, se trata de continuar, no se trata de olvidar se trata de luchar por lo que se ama hasta el final. Lo épico del amor empieza donde la mayoría cree terminar. Nadie tiene un plan para que la próxima vez todo salga bien o sea genial, déjate la piel en cada intento incluso cuando permanezcas en silencio. No permitas que nadie cuestione tus motivos, pero sobre todas las cosas que tu desesperación nunca te lleve a regalar tus besos...Gente, dormir bien y sed buenos...

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