Entrevista a Lizzie (10)
Si Dios te ama tanto, ¿por qué permitió que “sufrieras” esto?
Una pregunta que puede ser difícil o dolorosa de responder, pero sé que muchos se preguntarán después de leer esto: si Dios la ama tanto, ¿por qué permitió que “sufrieras” de un síndrome que aún no ha podido ser diagnosticado?
Al comienzo de la escuela secundaria pasé por una fase en la que estaba muy enojada con Dios. Yo no podía entender por qué él me castigó con un síndrome que no sólo no se sabe nada al respecto, pero que me lleva a ser ridiculizada y juzgada por mi apariencia. No fue hasta la escuela secundaria que empecé a darme cuenta que no importa lo mucho que le pedí, no importa cuántas veces le pedí un deseo a una estrella: nunca iba a despertar por la mañana y, por arte de magia me parecería a los demás.
Mi forma de pensar comenzó a cambiar y empecé a darme cuenta de que tal vez había una razón por la que Dios decidió hacerme tan especial. Me di cuenta de que mi actitud es lo que va a hacerme o deshacerme. Podía quedarme sintiendo lástima de mí misma o empezar a mirar el lado bueno de las cosas. A pesar de que estaba en una situación difícil, siempre hay alguien más por ahí que está en una situación peor que la mía. Una vez que empecé en el camino de la auto-aceptación, todo comenzó a tener sentido. Dios no me castigo con este síndrome, me dio una de las mayores bendiciones en mi vida.
Tener este síndrome me ha abierto muchas puertas para ayudar a otras personas que sienten que no son lo suficientemente buenas. Puede que no tengan el síndrome que yo tengo y no sepan lo que es estar en mis zapatos, pero puedo llegar a ser alguien con la que se puedan relacionar por qué han pasado por luchas similares a las mías. Mirando hacia atrás me siento culpable de haber estado enojada con Dios por este síndrome, cuando en realidad me bendijo con él...
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