LAS REGLAS DE MAMÁ
Una noche, Rossana, de 15 años de edad, salió con sus amigas al cine. Su madre no estaba preocupada porque sabía que después iría a dormir a casa de su mejor amiga.
Pero hubo cambio de planes, en vez de ir al cine fueron a casa de unos amigos. La reunión estaba muy divertida, con música y bromas, pero apareció el alcohol.
"Un poco no te hará daño", le dijeron. Entonces vio que sus amigas empezaron a desaparecer con sus amigos en algunas recámaras.
Se puso nerviosa ya que no conocía a los muchachos de la casa y la invitaron a tomar alcohol para relajarse. Para no sentirse ñoña aceptó, pero no sabía que había droga.
Sólo recuerda que al día siguiente amaneció en una cama y sabía que había sido abusada sexualmente. Se sentía todavía mareada y tenía el estómago revuelto. Sus amigas estaban en la sala riéndose porque sabían lo que había pasado.
Al llegar a su casa fue directamente al baño a vomitar y empezó a llorar. Estaba devastada porque había sido violada. Había roto las reglas de mamá.
Ésta es una historia real. Hoy tiene 23 años de edad y todavía está destrozada por esa experiencia. No puede dormir toda la noche porque tiene pavor de ser violada nuevamente. No puede tener una relación saludable porque le da miedo que la droguen y abusen de ella. En otras palabras, está marcada de por vida porque rompió las reglas de mamá.
¿Pero cuáles eran esas reglas?
"Llamar a mamá cuando hay cambio de planes". "Si hay alcohol en la reunión o fiesta debes desaparecer. Inventa cualquier excusa y llama a alguien para que te recoja". "Si te sientes incómoda por algo, sal de ahí. Que alguien vaya por ti". "Nunca confíes en nadie al recibir una bebida. Ábrela tú misma".
Siempre han existido reglas de mamá. Me acuerdo de pequeño que esas reglas se limitaban a modales y comportamientos sociales muy simples como no subas los codos a la mesa, no comas con la boca abierta, no comas con las manos y usa el tenedor o saluda de usted a los adultos. Hoy las reglas son para mantener la integridad y seguridad emocional de nuestros hijos.
Rossana rompió las reglas de mamá y ahora está destrozada por las consecuencias.
La mayoría de los muchachos piensa que los padres son exagerados y que no saben nada de la vida. Pero hay reglas básicas que son esenciales para mantenerlos a salvo.
No dudemos en darles reglas y recordárselas a cada momento, no tengamos miedo de perder su amor o parecer muy estrictos. Recordemos que nuestra misión no es que los hijos nos amen sino prepararlos y cuidarlos para el camino tan difícil que enfrentarán.
Periódico "El Norte"
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