Cómo compartir lo que piensas con tus niños. ♥

Una buena comunicación hace una gran relación. Esto es especialmente cierto cuando tú y tus hijos interactúan. Compartir tus pensamientos con ellos puede ayudarlos a llegar a conocerte mejor y también entender los acontecimientos que están sucediendo en sus vidas. Comunicarte con ellos temprano, cuando son muy jóvenes, te ayuda a establecer una base para la comunicación que te ayudará cuando tus hijos atraviesen los difíciles años de la adolescencia. Compartir tus pensamientos con ellos, de la manera correcta, les da a tus hijos una mejor idea de tus valores y visión de la vida.

Instrucciones


Elige el momento adecuado. Algunos pensamientos pueden ser compartidos con tus hijos de manera espontánea, pero otros podrían requerir el momento adecuado. No quieres escoger la noche anterior a que tu hijo tenga una prueba importante en la escuela para compartir las malas noticias con él. Elige un momento en que esté relajado y de buen humor, para que pueda escuchar lo que estás diciendo. Apaga el televisor o la computadora para evitar distracciones para que tú y tu niño puedan estar atentos mientras compartes tus pensamientos.

Haz que tus palabras y tu explicación sean apropiadas para la edad. Necesitarás compartir tus pensamientos a un nivel que tu hijo pueda entenderlos. Un niño de 2 años de edad, no va a entender el mismo discurso que le darías a un niño de 7. Piensa en lo que vas a decirle y trata de encontrar un ejemplo relevante de su vida


Ensaya lo que vas a decir. Quieres que compartir tus pensamientos con tus hijos sea una experiencia positiva en la comunicación, así que primero practica. Usa los mensajes con "yo" para compartirlos con tu hijo. No des un sermón ni amenaces al hacerlo. Mantén tus frases cortas y sé breve -recuerda, el período de atención de tu hijo es más corto que el tuyo. Planifica para que no divagar, lo que hará que él deje de escuchar.

Llama su atención. Míralo a los ojos y usa su nombre al hablar. Mantén un buen contacto visual a nivel del niño cuando te sea posible. Si su atención se pierde mientras compartes tus pensamientos, reestablécelo y termina rápidamente.

Dale la oportunidad de formular preguntas. Es posible que tenga algunas sobre lo que estás compartiendo. Algunas de ellas pueden ser bastante imaginativas, pero tómalas en serio y respóndelas. Tu meta es mejorar la comunicación y responder preguntas es parte del intercambio de ideas al hablar.

Escucha a tu hijo. Cuando hable, dale la misma atención que esperas de él. Sus pensamientos son muy importantes y deberías tomarlos en serio. No lo disminuyas. Considéralos con cuidado ya que lo que escuches puede darte pistas de las cosas importantes que no está diciendo.

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