El día que besé sus labios.
Era un día normal de diciembre, bueno era más que normal, era un día especial.
Después del día de navidad quedamos de vernos, era uno de esos típicos días de diciembre en los que el sol quema y la sombra te mantiene en un frío helante.
Decidí que sería ese día y que no dejaría que pasasen más mañanas frente a un hermoso comienzo de una historia de amor, así me arme de valor y decidí ir a verle.
Aveces los nervios se hacen notar y hacen de las suyas, durante el trayecto fui victima inesperada,de esos terribles y abundantes nervios, que a decir verdad no era mucho el camino, comencé a sentir como mis piernas perdían fuerza y comenzaron a temblar, comencé a tropezar incluso con la más pequeña de las piedritas que se atravesasen en el camino, pero sin embargo continué, no habría motivo por el cual ponerse tan nerviosa, pero bueno, aquel muchacho causaba en mi una sensación tan única y difícil de explicar, estremecía mi ser con solo pensarle, pero yo no podía parar, seguí el camino, y es que yo no quería regresar, darme la vuelta y dejar pasar ese día, seguí caminando cada vez más de prisa, necesitaba estar allí lo más pronto posible, yo soy de esas personas que no conocen la palabra puntualidad, y llega horriblemente tarde, aunque estoy lista media hora antes, el tiempo se me hace polvo tan rápido y pasa tan de prisa, que cuando miro el reloj me he dado cuenta que voy muy retrasada, así que me apresure, cuando ya faltaba prácticamente nada para llegar, le vi a muy pocos metros de mi, ese día había un poco más de gente de lo habitual, pero rápidamente le reconocí entre la multitud, y yo seguía tropezando, me sentí la persona más torpe del mundo, subí un par de pequeños escalones que se encontraban y cuando nuestras miradas se entrelazaron fue algo mágico, y una sonrisa se posó sobre su rostro y yo no pude seguir con la mirada firme y sin pensarlo agache la cabeza hundiéndome en pena con una sonrisa disimulada, al momento de acercarme más a él y estar frente a frente, el uno del otro, el dio un cordial saludo, dijo que me había estado esperando, y cuando menos me lo esperé el me besó,no fue un beso cualquiera, fue el mejor beso que he tenido. Te explicaré algo sobre los besos, el primer beso que recibes es el que te dá tu madre cuando naces y te ve por primera vez, ese es un beso dado con todo el amor puro, con cariño y saber que ella te cuidara y estará contigo siempre, y siempre te amará, después uno crece y te encuentras con personas que te tienen afecto, cariño y amor, algunas veces te salvas de cierto beso robado, y otras no corres con tanta suerte, aveces resulta ser ese beso robado el cual no querías que pasara y ni de la persona que deseabas que te diera tu primer beso de amor, pero la primera vez que besas a una persona esa primera vez lo cambia todo, yo pienso que el primer amor no es aquel que fue la primera persona que fue tu novio o novia, no, tu primer amor es aquel con el que te sientes diferente vez las cosas desde otro punto de vista, de otro color y sabor, alguien a quien amas tonta, enloquecida y estúpidamente, que aunque le encuentres defectos y cometa errores, le vas a seguir amando de la misma manera que cuando le conociste, a quien no le cambiarías ni le quitarías nada, que esta diseñado exactamente a tu medida,con ventajas y desventajas, alguien que siente lo mismo por ti, ese alguien con quien haces cosas que no imaginabas que harías ,que te hace experimentar nuevos placeres,sentires y emociones, que planean un futuro juntos, que se miran a los ojos y se niegan a separarse, ese alguien que te hace amar por primera vez como nunca antes, déjame decirte que ese alguien es tu primer amor, y no solo eso, es el amor de tu vida, tu verdadero amor, aquel que estaba predestinado a conocerte y ser tu amor correspondido, cuyos tobillos están unidos por aquel hilo rojo.
Dicen que cuando es amor correspondido y verdadero, te das cuenta de que esa persona realmente te ama, muestra ciertos síntomas, como la pupila dilatada, tiene mayor pulso, su corazón late con ritmo alocado, sus nervios se hacen notar, tiembla de pies a cabeza, dice alguna incoherencia, su voz se oye tierna y un poco nerviosa, yo no sabia esto hasta después de que lo vi, y me he emocionado tanto, ese día recuerdo que le mire a los ojos, ese azul verdoso tan brillante que hipnotizaba con su danzar al mirar mis labios y regresar a mirarme a los ojos, insinuando que me besaría cuando menos me lo esperara, notar mi reflejo en su mirada,en su pupila dilatada y brillante, eso era algo hechizante, luego su labios no dejaban de hablar decían un modesto saludo y explicaba que me esperaba con ansias mientras sus labios se movían a la par de su dulce voz que adormecía mis sentidos y me hacia perderme en su mirada y su melodiosa voz, pude notar el temblar de sus manos que acariciaban suavemente las mías y apretaban al unirse y entrelazar nuestros dedos, no solo sus manos temblaban también las mías era un impulso mutuo que compartíamos, después en un movimiento rápido, sutil y sigiloso movió sus manos acariciando mi cintura y llegando hasta mi espalada y sus brazos alrededor mio, el rápidamente me abrazo apretándome hacia el y sin esperarmelo me besó, todo fue tan rápido que apenas y me di cuenta de su movimientos, lo sé, lo sé ya les he dicho muchas veces que el me besó, pero es que me encanta recordar ese momento, después caminamos tomados de la mano y en un momento estábamos sentados en una banca de piedra y allí me abrazo, mi cabeza quedó justo en su pecho y pude escuchar el latir de su corazón,durante toda nuestra cita no dejábamos de temblar y cuando nos hicimos novios formalmente nuestras voces se oían temblorosas y tiernas. Ese nuestro primer beso que nos dimos, no solo fue besarle, fue besar sus miedos y alegrías, su pasiones y dichas,sus sueños y deseos, su amor y su tristeza...Cuando inicias una relación no solo besas los buenos momentos, también besas los malos, el paquete viene completo y así debes aceptarlo todo depende la fuerza, la intensidad y el amor con el que besas y entregas lo mejor de ti... Ese fue el día que bese sus labios y su alma.
Autor: Lucy Mayén
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