Cómo evitar los calambres.





Se trata de una sensación de dolor causada por el espasmo involuntario en cualquier músculo. Casi nunca es algo para preocuparse porque suele aparecer luego de un gran esfuerzo físico, por ejemplo. Conoce más sobre los calambres en el siguiente artículo, no sólo para aprender por qué aparecen, sino cómo tratarlos o evitarlos.



Datos sobre los calambres

Las causas de los calambres son diversas, desde insuficiente oxigenación de los músculos o la falta de sales minerales o líquidos, también por malas posturas o un esfuerzo prolongado, el frío o los movimientos bruscos. Ir al gimnasio y no estirar al finalizar la clase también es una opción. Es una contracción súbita de un músculo o varios de ellos que genera dolor y molestia. Es muy frecuente sufrir un espasmo cuando estamos durmiendo, esto se debe a que hay una alteración en la irrigación de la sangre hacia los músculos. Si vamos a la cama enseguida de comer, por ejemplo, la sangre irá al aparato digestivo (estómago principalmente) y no a los demás músculos.



 Si los calambres ocurren por el ejercicio se dice popularmente que es por la producción excesiva y la acumulación de ácido láctico. La glucosa se oxida con el oxígeno en las células para producir energía y en condiciones normales, nuestro cuerpo puede hacer este trabajo. Ahora bien, cuando la actividad física es prolongada o no estamos acostumbrados, la cantidad puede ser insuficiente. Al no tener oxígeno, la glucosa se convierte en ácido láctico, que tampoco es malo del todo para el organismo.

Los calambres suelen ser inofensivos y no precisar de tratamientos. Los médicos dicen que no hay maneras de prevenirlos más que evitar el ejercicio después de comer o estirando después de los deportes. Sin embargo, hay varios “remedios caseros” para estos espasmos musculares. Si bien las causas de los calambres no están del todo claras (más allá de lo dicho anteriormente), lo cierto es que algunas situaciones pueden hacer que ocurran, como por ejemplo el esfuerzo al levantar algún objeto, no hidratarse correctamente con dos litros de agua por día, estar fuera de forma o con sobrepeso, la falta de electrolitos como el sodio por una dieta desequilibrada, un problema de riego sanguíneo a los músculos, las altas temperaturas cuando se hace ejercicio, técnicas inadecuadas en el deporte, el frío o la falta de estiramiento posterior a los movimientos.


Si bien cualquier músculo puede sufrir un espasmo, los grupos más afectados son: los cuádriceps (parte frontal del muslo); los isquiotibiales (parte posterior del muslo) y los gemelos (pantorrillas).


Consejos para evitar calambres

En el momento en que estemos sufriendo un calambre es bueno tener en cuenta los siguientes tips:

Dejar de hacer ese movimiento o ejercicio. 
Estirar suavemente el músculo para reducir la presión que se está efectuando en él. Mantener esa postura todo el tiempo que sea necesario, hasta que los calambres paren.
Si el espasmo ocurre en la pantorrilla, coloca tu mano sobre ese músculo y sube de a poco presionando con los dedos hasta llegar a la rodilla. 
Si ocurre en los cuádriceps, manténte de pie, levanta el tobillo hasta las nalgas y mueve el talón y la parte superior del pie para estirar el músculo.
En el caso de los isquiotibiales, es preciso que te sientes y estires la pierna, manteniendo sin Flexionar la rodilla e intentando inclinarse hacia adelante para tocar el pie. Luego, masajear suavemente el músculo.
Caminar un poco con pasos lentos.
Beber agua o bebidas con sales minerales para poder recuperar los electrolitos o líquido perdido. 
Colocar un poco de hielo en la zona, sobre todo si hay mucho dolor. No olvides de envolver en una toalla o paño para no quemar la piel o dañarla. De a poco, ve estirando para reducir el flujo sanguíneo y ayudar a relajar el músculo.


Remedios caseros para los calambres

Estos trucos naturales son bastante populares y pueden ayudarte si sueles padecer de calambres:

Envuelve el área con una venda elástica para que el dolor pare, pero no demasiado apretado porque se puede hinchar. 
Bebe un té de Gingko Biloba por día, hirviendo por 10 minutos tres cucharadas por taza de agua.
Aplica aceites esenciales (como ser romero, eucalipto, pino o tomillo) en la zona afectada, porque la sensación de calor sirve para relajarse. 
Mezcla una cucharada de vinagre y una de miel en una taza con agua caliente. Bebe para que el calcio se distribuya correctamente por el cuerpo.
Hierve 1 litro de agua con una cucharada de semillas de mostaza por diez minutos. Realiza un baño con ella por 20 minutos, sumergiendo las piernas.
Bebe dos veces al día un vaso de agua con 10 gotas de té de laurel.
Aplica en el área un paño embebido en infusión de vinagre de manzana y árnica por 5 minutos. Retira y vuelve a colocar si es necesario. Hará que el dolor desaparezca y que se active la circulación. 
Mezcla una cucharada de bicarbonato en una taza de agua y bebe. Este remedio casero para los calambres no es aconsejado en las personas que sufren de presión alta o de retención de líquidos.
Prepara un batido con una taza de leche, media taza de yogur natural, media taza de zumo de naranja y 1 plátano pelado. Bebe en ayunas cada tres días. El potasio de la banana te vendrá muy bien para evitar calambres. 
Vierte 1 cucharada de semillas de comino en medio litro de agua y deja macerar 1 hora. Embebe en un paño y aplica con fricción moderada en el área afectada.


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