Oración de la virgen de Guadalupe ♥

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--Rosa--

-La Magnifica Oración -

                        Glorifica mi alma al Señor mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios mi salvador por que ha puesto la mirada en la humilde sierva suya y ved aquí el motivo por que me tendrá por dichosa y feliz todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas, el que es todo poderoso y su nombre infinitamente Santo, Cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuantos le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios trastornando su designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo acordándose de él por su gran misericordia y bondad. Así como lo había prometido a nuestros padres Abraham y toda su descendencia por siglos de los siglos. AMEN.


-Oración de San Judas Tadeo-

Oh glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús el nombre del traidor que entregó al querido Maestro en manos de sus enemigos, ha sido causa de que muchos os aya olvidado, pero la iglesia os honra e invoca universalmente como a patrón en Casos Difíciles y Desesperados, Rogad por mi que soy tan miserable, y haced uso, os ruego de ese privilegio especial vuestro de socorrer visible y prontamente cuando casi de ha perdido toda esperanza. Venid en mi ayuda para que reciba yo los consuelos y el socorro del Cielo en todas mis necesidades, tribulaciones particularmente  en  (hacer aquí la  (s) petición (es) especiales) si es para mi provecho espiritual gloria de Dios y honor vuestra.
Os prometo, glorioso San judas Tadeo, acordarme siempre de vuestros favores y nunca dejar de honraros como a mi especial y poderoso protector, y hacer todo lo que pueda para extender vuestra devoción. Amen.


-Oración del Sr. Santiago-

Virgen sin comparación madre del verbo Divino échame tu bendición y guíame por buen camino. Señor Santiago Jacobo, patrón de las España;  que en los reinos de Castilla, 30 años fuiste vencedor de las batallas que se dieron el gran Sultán; considera en la gran Ciudad de Jerusalén y la cruz de Jerusalén vaya delante de mí y el Señor que murió en ella hable y responda por mí y aplaste los corazones que estuvieran en contra de mí y si hay alguna persona que con palos, piedras y fíerros viniera en mi contra, con la capa de San Salvador de Orta sea mi cuerpo favorecido y con la divina fuerza del Señor , fortaleceré mi espíritu y tendré valor para vencer estas batallas: no me des Señor por vencido y con el velo de la santísima Virgen sea envuelto y no herido ni muerto, ni preso ni cautivo, ni de mis enemigos vencido. ¡Oh Santísima trinidad! Préstame tu estandarte para revolear esta bandera: si es para torear y montar no me dejes ser vencido de ningún furioso animal; que no haya caballo que me tumbe, ni toro que me embista  ¡Jesús Divino y Humano! ¡Jesús Divino y Eterno! líbrame del infierno para oír tu nombre soberano y con las llaves del Señor San Pedro se abran las puertas del cielo y no cárceles ni prisiones, ni grillos ni candados, ni cerrojos y las cadenas de los pies se me caigan;  Señor Santiago Jacobo, el cuerpo se les entuma la vista se les nuble, ojos tengan y no me vean, manos tengan y no me agarren, pies tengan y no alcancen y con el velo del Santísimo Sacramento sea mi cuerpo envuelto y no herido ni muerto, las pistolas no den fuego, ni machetazos, ni puñaladas haya en contra de mí; que este no sea abierto para mis enemigos y contrarios que traten de perjudicarme y que no muera yo de rayo, ni de matado ni de muerte repentina diciendo; En el nombre del Misterio de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. AMEN.

                            Sé las recomienda su gran amiga Lucy Castiio
-Oración a la Virgen de Guadalupe para Peticiones-
Virgen Santísima de Guadalupe,
 Madre de Dios,
 Señora y Madre nuestra.

 Miranos aquí postrados ante tu santa imagen,
 que nos dejaste estampada
 en la tilma de Juan Diego,
 como prenda de amor,
 bondad y misericordia.

 Aún siguen resonando las palabras
 que dijiste a Juan con inefable ternura:
 "Hijo mío queridísimo,
 Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado,"
 cuando radiante de hermosura
 te presentaste ante su vista
 en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma
 esas mismas palabras.

 Sí, eres nuestra Madre;
 la Madre de Dios es nuestra Madre,
 la más tierna, la más compasiva.

 Y para ser nuestra Madre
 y cobijarnos bajo el manto de tu protección
 te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe,
 muestra que eres nuestra Madre.

 Defiéndenos en las tentaciones,
 consuélanos en las tristezas,
 y ayúdanos en todas nuestras necesidades.

 En los peligros,
 en las enfermedades,
 en las persecuciones,
 en las amarguras,
 en los abandonos,
 en la hora de nuestra muerte,
 míranos con ojos compasivos
 y no te separes jamás de nosotros.



-ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE-

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.


-ORACIÓN DE JUAN PABLO II -

Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! 
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.


-ORACIONES DIVERSAS-

I

Dios de poder y de misericordia, bendeciste las Américas en el Tepeyac con la presencia de la Virgen María de Guadalupe. Que su intercesión ayude a todos, hombres y mujeres, a aceptarse entre sí como hermanos y hermanas.

Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

II


Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tu eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén.

III


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la mas tierna, la mas compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.

IV

Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias... Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

VI

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria. Aquí nos tienes humildemente postrados ante tu prodigiosa imagen. En Ti ponemos toda nuestra esperanza. Tu eres nuestra vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada podremos temer. Ayúdanos en nuestra peregrinación terrena e intercede por nosotros ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos la eterna salvación del alma. Amén.

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